UN DIA ENCONTRAMOS UN ARBOL TRISTE PORQUE CON EL AIRE DE OTOÑO SUS HOJAS SE ESTABAN CAYENDO.
ENTONCES DECIDIMOS DARLE UN ABRAZO CON NUESTRAS MANOS Y NUESTROS DEDITOS. NUNCA MAS VOLVIO A ESTAR TRISTE.
TAMBIEN PINTAMOS SETAS Y ARDILLAS PARA QUE LE HICIERAN COMPAÑIA
ASI QUEDO EL ARBOL.
Y ASI LA NUBE
AHORA LO PODEIS VER EN NUESTRA PUERTA DE ENTRADA, ¿OS GUSTA?
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